Las derechas españolas, mientras a menudo caminan de la mano en su papel de oposición, no pierden de vista que parte de su electorado es compartido y oscila de uno a otro según el momento. Que la balanza se incline en favor del PP o de Vox depende de detalles y, para los populares, la adhesión de Santiago Abascal a Donald Trump puede ser un factor decisivo.
Publica hoy EL MUNDO que el PP ha activado un plan a largo plazo para reconquistar una parte del voto que se fue a Vox y que ahora se siente desencantado por su defensa cerrada de Trump. En Génova cifran en 500.000 los electores de Abascal que serían susceptibles de volver a apostar por el PP. Por alusiones, desde la sede de la calle Bambú han enviado este lunes un mensaje a los de Alberto Núñez Feijóo: «Preocúpense de otras cosas y no de robarle votos a Vox».
«No compartimos el sentido patrimonial de los votos de los españoles que tiene el PP», ha reprochado el portavoz nacional de los de Abascal, José Antonio Fúster. «Los votos no son ni propiedad del PP ni de Vox», ha insistido, «son la confianza de los españoles». Criticando a los populares por «hacer gala» cuantificando sus potenciales electores, Fúster se ha desmarcado de hacer números y, en tono de reproche, se ha dirigido al PP: «En Vox nos tomamos muy en serio [el significado del voto]».
El partido reprueba así la estrategia del PP de confrontar con Abascal para recuperar la confianza de quienes un día viraron hacia Vox. Consideran en la sede de Bambú que este plan es erróneo por dos motivos: porque «patrimonializa» el voto y porque debilita al espacio de la derecha española.
«Hemos comprobado que su estrategia no funciona», ha señalado Fúster, remitiéndose a lo ocurrido en las pasadas elecciones generales: «Lo comprobamos el 23-J, no funcionó». Consideran en el partido de Abascal que, ante aquella cita con las urnas, Feijóo centró su campaña en confrontar con Vox para arrebatarle votantes y que eso provocó que la suma de las derechas no fuera suficiente.
En alusión a aquello, y en tono irónico, Fúster se ha referido a los dirigentes del PP como sus «eficaces compañeros» y, aunque sin entrar en mayor confrontación dialéctica con el principal partido de la oposición, ha lanzado una reflexión con tintes de advertencia: «Lamentamos muchísimo que la estrategia sea atacar a Vox». Para añadir: «No funciona pasarse el día tendiendo la mano a [Pedro] Sánchez«.
Más explícito ha sido, con una publicación en su cuenta de X, Jorge Buxadé, dirigente de la cúpula de Abascal: «Génova ha puesto en marcha su 3.456.764ª estrategia para «robar» (como si fueran qué sé yo, melones) votantes de Vox», ha censurado, para juzgar que el plan del PP consiste en «insultar a Occidente y entregarse públicamente otra vez a Sánchez, a Úrsula [von der Leyen] y a la China comunista».