El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.EFE

El Gobierno admite por primera vez en un documento que debe «asumir mayores cuotas de responsabilidad sobre su defensa». Lo hace desde que ayer el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, presentara en la rueda de prensa posterior al consejo de Ministros el Plan de Acción Exterior, un documento que debe renovarse cada cuatro años y donde abordan los desafíos geopolíticos del país. Aunque no se conoce la totalidad del texto, que debe pasar por el Congreso de los Diputados para ser aprobado, el Ministerio hizo público ayer un «resumen ejecutivo» de ocho páginas donde se lanzan algunas ideas, aunque no se concretan en planes.

Pese a que por primera vez hablan de «asumir mayores cuotas de responsabilidad en defensa», no hay ninguna línea de gasto militar y mucho de lo que se habla se escuda tras Europa y la «seguridad», término con el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha admitido sentirse más cómodo que con otros más directos como «rearme».

Pero el documento reconoce que «el nuevo contexto obliga a España y a Europa a asumir mayores cuotas de responsabilidad sobre su defensa y a contribuir más a la seguridad compartida como proveedores de seguridad en el marco de la UE, la OTAN y las Naciones Unidas».

Sin embargo, es el impulso por el europeísmo la línea que une a este nuevo plan con el anterior, redactado por la ministra Arancha González Laya en 2021, aunque entonces no había guerra en Ucrania y gobernaba Joe Biden en Estados Unidos. Ahora, Europa es el primero de los tres ejes del documento. «Una España más próspera y más segura pasa también por una Europa más próspera, más cohesionada, más segura», explicó el jefe de la diplomacia española en la rueda de prensa.

El resumen ejecutivo reconoce que «sólo a nivel europeo podemos tener un peso decisivo en la reconfiguración del orden mundial» y admite: «Debemos contribuir a la estabilidad, resiliencia y eficacia de la Unión Europea». Es por ello que recuerda que «el desafío es consolidar este despertar estratégico para lograr que la Unión se consolide como un verdadero actor geopolítico», en un momento en el que la unidad dentro de la Alianza Atlántica está en cuestión por las ideas promovidas por Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Porque la voz de Europa parece importar poco en la reconfiguración del nuevo mapa geopolítico mundial. De hecho, Estados Unidos está negociando dos procesos de paz que afectan directamente al Viejo Continente sin contar con los 27. Por un lado, tiene interlocución directa con Vladimir Putin, con quien trata de acordar el alto al fuego en Ucrania en un trato que beneficie tanto a Rusia como a Estados Unidos. Por otro, Trump negocia con Netanyahu el fin de los ataques a la franja de Gaza, con incluso la idea de convertir al territorio palestino en un resort de lujo.

Para que Europa vuelva a ser relevante a nivel internacional, el documento habla de «tomar decisiones difíciles de manera colectiva» y explica que el Gobierno apuesta «por que Europa asuma más responsabilidad en su propia seguridad. La autonomía estratégica abierta europea debe basarse en un concepto integrado de seguridad que incorpore dominios más allá de la defensa tradicional. Debemos reforzar esta autonomía a través de más capacidades y recursos colectivos, incluido un mayor desarrollo de la base tecnológica e industrial de la defensa europea». Este punto es por el que apuesta la Europa desde que llegó Trump a la Casa Blanca.

El segundo gran eje del plan de Acción Exterior se vertebrará en torno a una «España comprometida» con la paz, el multilateralismo, los Derechos Humanos y la democracia. «Queremos reformar y reforzar el multilateralismo, hacerlo más inclusivo, más democrático, más representativo, proteger y promocionar los derechos humanos», describió el ministro. En el documento avanzan que «España avanzará en la protección y promoción de los derechos humanos, la reforma de la gobernanza económica y financiera internacional, el diseño de una gobernanza tecnológica ética y responsable y el refuerzo de nuestra política exterior feminista».

También quieren promover «una migración regulada, ordenada y segura, sin renunciar a los principios de humanidad y responsabilidad que nos definen, y desde la convicción de que nuestro dinamismo económico y la sostenibilidad de nuestro modelo de bienestar dependen en parte de la migración» y prometen continuar «liderando la transición ecológica a través de la diplomacia verde y la lucha contra la emergencia climática como eje central de nuestra acción exterior». En el objetivo de acelerar la inversión en Defensa para cumplir antes de 2029 con la OTAN y alcanzar el mínimo del 2%, una de las ideas de Pedro Sánchez era derivar partidas de prevención del cambio climático como parte de la inversión en «seguridad».

El documento definitivo no había sido registrado ayer en las Cortes para su debate en las Comisiones de Asuntos Exteriores del Congreso y el Senado. Sin embargo, hay una frase del resumen ejecutivo que da pistas sobre las nuevas prioridades que configuran este plan de Acción Exterior y que entrará en vigor hasta 2029. Según reza el papel «se apostará por una huella más profunda en Asia-Pacífico, a través de una nueva estrategia para la región», aunque no cita a China como actor prioritario.

por Admins

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