Un día antes de la vistilla en el Tribunal Supremo en la que se decidirá si ingresa en prisión preventiva a la espera de juicio por el caso de las mascarillas, José Luis Ábalos ha disparado políticamente contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Con este movimiento, el ex ministro manda una poderosa advertencia al Ejecutivo de coalición, a través de los líderes de PSOE y Sumar, sobre lo que sabe y puede revelar. Es un cambio de actitud respecto a lo que venía haciendo durante todo este tiempo y en previsión a lo que está por venir a partir de este jueves.
Los disparos del ex ministro de Transportes han llegado por sorpresa a través de la red social X a 24 horas de una cita clave para él en la que todavía se desconoce si la Fiscalía va a defender ante el juez Leopoldo Puente que Ábalos tiene que entrar en prisión preventiva. Sí lo harán las acusaciones populares justificando el riesgo de fuga ante unas peticiones de cárcel sumamente elevadas contra él en el juicio de las mascarillas. El Ministerio Público reclama 24 años y las acusaciones populares 30.
Si Ábalos ingresara ahora en prisión preventiva, perdería sus derechos como diputados, es decir, el poder votar y su sueldo. No su acta, que la seguiría conservando.
Sobre Sánchez
En cuanto al contenido de sus avisos, en lo que afecta al presidente del Gobierno, Ábalos ha asegurado que «fuentes presenciales» le «contaron» que «existió» una reunión entre Pedro Sánchez, Santos Cerdán y Arnaldo Otegi en 2018 en un caserío para negociar la moción de censura contra Rajoy.
Este encuentro, que sería el primero presencial entre Sánchez y Otegi, ha sido negado de manera categórica por el Gobierno y el PSOE por boca de destacados ministros y portavoces. También por el líder de la izquierda abertzale y su formación.
La supuesta celebración de esta cita, que fue avanzada por El Español el pasado domingo, sitúa a Koldo García como el conductor que llevó a Sánchez y Cerdán hasta ese caserío desde el aeropuerto de Bilbao. De hecho, el que fuera mano derecha de Ábalos ha corroborado que esa reunión se celebró.
Este asunto ha sido durante estos días objeto de preguntas de la prensa y de desmentidos por parte del Gobierno, el PSOE y EH Bildu. Ahora Ábalos ha revolucionado las cosas con el siguiente mensaje: «Sobre la reunión del presidente Pedro Sánchez, Santos Cerdán y Arnaldo Otegi en 2018 en un caserío para negociar la moción de censura contra Rajoy, sólo puedo decir lo que me contaron fuentes presenciales, y es que esa entrevista existió».
Este relato expuesto por Ábalos ha metido en apuros al Gobierno y ha dado alas a PP y Vox para exigir la verdad. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha salido del paso insistido en que ese encuentro no se celebró y ha vinculado el comentario con la situación tan delicada en la que se encuentra el ex ministro por la posibilidad que existe de que acabe este jueves durmiendo en la cárcel.
Montero ha dicho que no comparte que se le dé más credibilidad a personas «imputadas y procesadas por los tribunales» frente a los que no lo están y ha apuntado que «hay personas que llegando a los juzgados se instalan en la mentira». «Pero no digo que sea el caso del señor Ábalos», ha apostillado a continuación, para evitar profundizar la crisis con su ex compañero.
«Me extrañaría que estuviese instalado en la mentira y en un comportamiento que habitualmente no hemos visto en Ábalos», ha señalado en declaraciones en el Congreso. El Gobierno se escuda en que no tiene «nada que esconder».
Sobre Díaz
En cuanto a Yolanda Díaz, el ex ministro ha deslizado que la vicepresidenta segunda hace un uso irregular de la vivienda oficial que disfruta como ministra de Trabajo. Ha sido también a través de un mensaje en X en la que Ábalos se revolvía contra ella por haberle llamado «golfo» en una entrevista en La Sexta.
«Y ya que nos ponemos tan estupendos, quizás usted nos debería aclarar si la vivienda asignada para los ministros y ministras, y sus familias podía ser usada por otras personas sin derecho a ello», ha escrito.
Fuentes del Ministro de Trabajo niega categóricamente cualquier comportamiento irregular y señalan que la ministra vive con su hija y que durante la pandemia lo hacía también con su marido, del que ya se ha separado.
Ábalos se muestra muy enfadado con Díaz después de que ella le imputara estar robando con las mascarillas mientras ella «salvaba» con otras personas el tejido productivo español durante la pandemia. Por eso en su mensaje, el ex ministro hace una reivindicación de su papel durante aquella etapa. «No sé cuál fue el suyo, pero si sé cuál fue el mío», dice. «Además de dar la cara todos los días para informar y tranquilizar a la sociedad como una de las cuatro autoridades con responsabilidad ejecutiva que estableció el decreto del Estado de Alarma, tuve la responsabilidad de controlar la movilidad del país con el fin de evitar los contagios y al mismo tiempo garantizar el abastecimiento de alimentos o medicinas de una población confinada y de lo que, por cierto, los españoles no tuvieron ningún problema».
Ábalos le recrimina a Díaz no respetar «un principio fundamental» del Estado de Derecho como es la «presunción de inocencia».
