La televisión de Pablo Iglesias empezará a servir la propaganda de China sin cambiar de canal. A partir de este mes de octubre emitirá contenidos en español del ente público del régimen y acercará a los simpatizantes de Podemos tanto sus «programas» como sus «informativos».
Canal Red abre así las puertas a CGTN español para que sus espectadores puedan informarse «desde un punto de vista diferente al habitual en los medios occidentales», según ha justificado la web que dirige Iglesias. Cabe recordar que en China, que es una dictadura, no existe la libertad de prensa ni la libertad de expresión ni la pluralidad política.
Este pacto para la emisión de contenidos de CGTN español en Canal Red se ha anunciado apenas tres días después de que una delegación del Partido Comunista de China se reuniera con las máximas dirigentes de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero. En la fotografía de esta reunión, celebrada el pasado domingo, llamó mucho la atención la presencia de Pablo Iglesias. Pues ya no forma parte de la dirección del partido ni se especificaba en calidad de qué había asistido al encuentro.
Ahora parece desvelarse ese misterio, que encaja con la pista que dejó Belarra en su cuenta de X, donde dio cuenta de la cita y donde publicó la imagen. «Un fructífero e interesante encuentro con los representantes del Partido Comunista Chino para compartir impresiones sobre los cambios en la política internacional y el panorama mediático», escribió. Palabras que invitan a pensar que la reunión de Podemos con los representantes del partido del régimen chino ayudó a fraguar el acuerdo.
En el «panorama mediático» al que aludía Belarra se abre paso ahora esta colaboración para difundir los contenidos de CGTN español. La web que dirige Iglesias celebra que con esto se acercará «la perspectiva del gigante asiático en una época de turbulencias» con la llegada de Trump a la Casa Blanca y que esto ayudará a comprender «una realidad geopolítica compleja». China en estos momentos mantiene un pulso geoestratégico con EEUU, además de que despierta recelos de la Unión Europea. No así de España, donde Sánchez mantiene buenas relaciones.
La emisión de contenidos del canal oficial chino es polémica no sólo por el sesgo propagandístico que éste tiene desde el punto de vista político o su tratamiento de las libertades o de las minorías (es conocida la represión en Tíbet o Uigur). Es que el régimen está señalado también por la vulneración sistemática de los derechos humanos de sus ciudadanos.
Por ejemplo, esto dice al respecto la web de Amnistía Internacional sobre China en su análisis de 2024: «Los defensores y defensoras de los derechos humanos —entre quienes figuraban activistas, profesionales del derecho y periodistas ciudadanos— continuaban sufriendo intimidación, hostigamiento, detención arbitraria y tortura y otros malos tratos por defender los derechos humanos y ejercer su libertad de expresión y de asociación. Con frecuencia, para reprimir a estas personas se recurría a leyes sobre la seguridad nacional excesivamente amplias e imprecisas. En algunos casos, los actos de hostigamiento e intimidación se hacían extensivos a sus familiares».
De igual modo, el colectivo LGTBI no tiene derechos que permitan vivir en libertad su identidad sexual. Como explica Amnistía Internacional, China «no reconoce las relaciones entre personas del mismo sexo y carece de salvaguardias para ellas». En 2024, explica, «continuó la represión del activismo LGBTI, y sus protagonistas se enfrentaban a peligros tales como la detención arbitraria y el interrogatorio, así como a la censura de los temas LGBTI».
A partir del mes de octubre los espectadores de Canal Red podrán seguir los programas e «informativos» de la televisión estatal del régimen.
