El abrupto comienzo del ciclo electoral en España con el adelanto de los comicios autonómicos en Extremadura para el 21 de diciembre ha puesto las cartas boca arriba en la izquierda alternativa. Podemos ha impuesto oficialmente un veto a Sumar a la hora de configurar las alianzas para las elecciones y obliga a Izquierda Unida (IU), que es el principal aliado de Yolanda Díaz, a escoger un bando. O hace coaliciones con los morados o las hará con Sumar, pero en ningún caso podrá concurrir a las elecciones con los dos. «Llega el momento en el que tiene que elegir, que tomar una decisión», advirtió ayer el partido de Ione Belarra.
Esto sirve para Extremadura —elecciones ya convocadas—, para Castilla y León y Andalucía —que son citas previstas para el primer semestre de 2026—, para las de la Comunidad Valenciana, si finalmente llegan a convocarse; y para las autonómicas y municipales y las generales, que están en el horizonte máximo de mayo y de julio de 2027, respectivamente.
El veto a Sumar expuesto por la dirección nacional de Podemos reabre la guerra entre los morados y Yolanda Díaz y tensiona los intentos de apaciguar el espacio político para encontrar un punto de encuentro que evite la fractura electoral y que la izquierda alternativa al PSOE se presente en dos listas enfrentadas. Es un escenario que aterra también al PSOE de Pedro Sánchez, porque hunde las posibilidades de reeditar el Gobierno de coalición, dado que la división beneficiaría a PP y Vox a la hora de rentabilizar sus votos en muchos más escaños.
La posición de Podemos contra Sumar no ha podido sorprender a nadie. Es la consecuencia de una relación que empezó siendo turbulenta y tóxica —cuando concurrieron juntos en 2023— y que ha acabado siendo una guerra abierta —tras su ruptura—. En los últimos meses ha habido contactos entre los partidos que componen el espacio político para desinflamar y buscar la manera de reconducir la situación, sin embargo, ahora que el ciclo electoral se ha echado encima antes de lo previsto se revela que no se ha avanzado lo más mínimo en una reconciliación o siquiera en una cohabitación por puro pragmatismo.
La tensión ya quedó al desnudo la semana pasada cuando el líder de IU, Antonio Maíllo, denunció que el partido morado estaba yendo al «suicidio político». «Podemos no quiere estar, no está y está haciendo todo lo posible para no estar», criticó a cuenta de la más que previsible ruptura de la candidatura de la izquierda en Andalucía.
Apenas siete días después, Podemos dio la puntilla a los intentos de IU por reconciliación las dos partes al dejar claro que veta a Yolanda Díaz para hacer coaliciones electorales y al emplazar a los de Maíllo a decantarse por ir con unos o con otros.
«Va a haber territorios en los que Izquierda Unida tendrá que tomar una decisión y es si quiere colaborar con Podemos en poner en pie candidaturas verdaderamente transformadoras y de izquierdas o, por el contrario, si quiere continuar por la senda de Sumar y el PSOE», manifestó el portavoz morado, Pablo Fernández.
Este ultimátum a IU va principalmente por Castilla y León —que votará como tarde el 15 de marzo— y por Andalucía —que tiene hasta junio para hacerlo—. Porque en Extremadura todo indica que Sumar va a renunciar a intentar integrarse en la candidatura que hoy en día conforman Podemos e IU y que se llama Unidas por Extremadura, que lleva siendo una fórmula de éxito desde las dos últimas citas autonómicas y en la que no están los de Díaz porque se armó antes de que estuvieran listos.
«Si en Castilla y León y Andalucía IU quiere trabajar codo con codo con Podemos para poner a la izquierda en pie, podremos llegar a acuerdos. Pero si quiere continuar con el proyecto Sumar, que yo creo que se ha demostrado que es un fracaso total y que ha perjudicado muchísimo a la izquierda de este país, llega el momento en el que tiene que elegir, que tomar una decisión», ahondó Fernández.
El mensaje es nítido y reconfigura todo el espacio político. Porque viene a confirmar que Podemos sólo estará en donde no esté Sumar. Y los de Díaz no van a amilanarse ante ese órdago. Es cierto que se inclina por dar un paso al lado en Extremadura, como informó este periódico la semana pasada, para no entrar en Unidas por Extremadura y dar sólo apoyo externo. Pero trabaja mano a mano con IU para construir candidaturas en Andalucía y Castilla y León, donde las conversaciones avanzan y existe buena sintonía. No en vano, serán coaliciones donde IU va a llevar la voz cantante gracias a la implantación territorial que tiene en ambas comunidades —principalmente la andaluza—, frente a un Movimiento Sumar —nombre oficial del partido de Díaz— que carece por completo de estructura.
IU responde al órdago
¿Y qué piensa hacer IU? Fuentes de la formación responden a Podemos y son tajantes: «IU defiende candidaturas para la izquierda transformadora lo más amplias posibles, sin ninguna intención divisiva, decididas en cada territorio, con un programa común por delante, sin personalismos, pero también sin centralismos y sin cúpulas que muevan los hilos».
A partir de aquí, devuelve el envite a Podemos, quien cree que debe explicar y hacer frente a sus «contradicciones». Como la de pactar con IU en un sitio —Extremadura— y no en otros —Andalucía o Castilla y León—. «Quienes tengan contradicciones y no sepan cómo gestionarlas, manejen un plan en cada lugar según les interese o traten de imponer a los demás sus deseos desde Madrid son quienes deben dar públicamente explicaciones sobre qué quieren realmente, asumir sus consecuencias y no distraer la atención sobre lo fundamental», señalan las fuentes consultadas.
IU mantiene la hoja de ruta que es «pública», «nítida» y que no tiene «ultimátums sin sentido»: hacer alianzas «lo más amplias posibles» y evitar las divisiones. «Lo dicho vale para cualquier punto del Estado y para elecciones locales, autonómicas o estatales», aseguran estas fuentes.
Además, se recalca una cosa. Las decisiones sobre las coaliciones y candidaturas las tomará la militancia y desde las direcciones locales, «sobre el terreno» y en cada uno de los territorios». Sin intromisión de la dirección federal.
Sumar no dará pasos atrás
Por su parte, Sumar mantiene como eje estratégico pactar allí donde haya espacios amplios. Ya el pasado mes de marzo lanzó una oferta formal a Podemos para reconciliarse y unir sus siglas para el nuevo ciclo electoral, con primarias y con un método para dirimir sus diferencias. Pero aquel ofrecimiento fue respondido con un portazo. Ahora se echa doble vuelta a la llave para cerrar completamente.
Sumar se inclina por no entrometerse en Extremadura para no provocar que la candidatura convulsione pero en Castilla y León y Andalucía el trabajo «es firme y avanza por la recta senda», como explicó la coordinador de Movimiento Sumar, Lara Hernández.
La decisión sobre qué hacer en Extremadura aún está por tomar pero Hernández detalló que la lista de Podemos e IU será «el espacio de referencia para Sumar» en esas elecciones. «Vamos a apoyar este espacio, pedir el voto activo para él y vamos a respaldar la candidatura de Irene de Miguel», dijo en rueda de prensa.
Pero lo interesante de su declaración fue lo siguiente. Quieren hacer campaña. O sea, sacar a Díaz. «Nos ponemos desde este mismo momento a su plena disposición para trabajar juntas», dijo la líder de Movimiento Sumar.
