Lejos de ser el pegamento con el que suspiraba la izquierda para recobrar la unidad en las elecciones, la oposición al aumento del gasto militar se ha convertido en el parteaguas que la divide. Y eso que todos los partidos del espacio político comparten a grandes rasgos la misma posición: un rotundo rechazo al plan de rearme y a incrementar el presupuesto de defensa para el modelo que impulsan la OTAN y la Unión Europea. La causa de que algo que a priori es viento a favor para una alianza se haya convertido en un problema está en que Podemos ve incompatible pactar una candidatura de unidad con partidos que al mismo tiempo forman parte del «Gobierno de la guerra» y que, por tanto, están «empujando» con el PSOE «un régimen de la guerra».
Esta posición del partido morado es lo que está enturbiando en estos momentos los avances de un acuerdo de unidad en Andalucía, puesto que Izquierda Unida -el principal partido de la comunidad- forma parte del Ejecutivo de coalición de Sánchez bajo el paraguas de Sumar. El choque es importante porque si no hay unidad en las elecciones andaluzas, es muy probable que tampoco la haya después en las generales.
En plenas conversaciones entre los distintos actores políticos, Podemos ha subido la apuesta y presiona principalmente a IU para que rompa con el PSOE y se salga del Gobierno para avanzar en una candidatura unitaria. Ya lo planteó la semana pasada Ione Belarra cuando subrayó que hay partidos que «tienen que decidir» si van a «construir candidaturas por la paz o si van a continuar empujando el consenso de guerra desde ese Gobierno».
La contundente respuesta de IU llegó ayer por boca de su líder, Antonio Maíllo, que acusó a Podemos de estar parapetándose en «excusas» para no pactar la unidad. «Me da la sensación de que hay múltiples excusas sobrevenidas en función de la coyuntura para justificar una decisión que tienen ya tomada de antemano», dijo. Es decir, que considera que Podemos tendría decidido concurrir en solitario a las elecciones andaluzas como antesala de una candidatura propia a las generales con Irene Montero como cabeza de cartel.
Este golpe en la mesa pone de manifiesto el malestar en IU. De hecho, Maíllo se revolvió contra esa reclamación de salir del Gobierno: «Nosotros estamos en el camino de la paz y en esa construcción de debate político que vamos a defender sin desistir. No vamos a seguir la hoja de ruta que nos marque ninguna organización ajena a la propia IU».
Pero Podemos taladra con la exigencia de salir del Gobierno. Pablo Iglesias dijo este fin de semana en una entrevista en el diario andaluz La Voz del Sur lo siguiente: «Es incompatible estar en este Gobierno y estar diciendo: unidad. Sí, claro. ¿Unidad para que tengáis más liberados y cargos públicos? Vais listos…». Asu juicio, con la actual situación «no» hay «mimbres» para un acuerdo. «Quien quiera unidad no puede estar en un Gobierno que está vendiendo armas a Israel y que está apostando por el rearme a nivel europeo».